Escultura viva hecha con 21 especies de plantas NATIVAS que por los procesos de colonización y urbanización han devenido paradójicamente FORÁNEAS en su propio territorio: la sabana que hoy ocupa Bogotá.
Un proyecto para el reconocimiento de las formas enmarañadas del bosque, en donde el arte (como el agua, el viento o los animales) es el vehículo para la dispersión de semillas.
Nativas/Foráneas es una escultura viva hecha en el centro de la ciudad de Bogotá, con especies de enredaderas propias del bosque andino intertropical (2000 y 2800 msnm). La escultura fue construida y sembrada en 2014, en el campus de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, integrada al diseño de una plazoleta para estudiantes de artes. Desde ese momento la escultura ha cambiado de manera permanente, ya que en el acuerdo suscrito se aclara que no es un jardín, por tanto no requiere mantenimiento. La idea es que en ella se hacen visibles los ciclos vitales y relaciones propias de las plantas: crecen unos cuerpos sobre otros, algunos mueren, compiten por la luz, albergan nidos, atraen polinizadores, nacen nuevas especies, vuelan semillas. Así, en estos años se ha acumulado sobre su estructura metálica (26m x 5m en su parte más alta) una masa de cuerpos vegetales en todos sus estados.
Las especies elegidas tienen la paradójica situación de ser a la vez Nativas y Foráneas en el contexto urbano de Bogotá. Esa situación, que contrapone categorías con temporalidades diferentes, muestra los procesos históricos y políticos mediante los cuales construimos el paisaje urbano. También muestra y critica la relación establecida entre humanos y plantas, y desde allí se propone una ecología profunda que se hace sensible a través del arte.
Nativas/Foráneas nació en 2010. Durante los años previos a su construcción-siembra el proyecto tuvo una serie de prácticas artísticas, como hacer mapas a escala 1:1, hacer dibujos en el bosque para entender las relaciones vitales de las plantas, recolectar semillas y aprenderlas a reproducir en la ciudad, mantener (desenredar) un vivero de enredaderas. Ninguna de estas especies se comercializa, por tanto lograr reproducirlas y adaptarlas a la ciudad implicó un tiempo de convivencia simbiótica con ellas. Hablo de simbiosis, porque siento haber hecho un pacto vital en donde mi quehacer artístico no difiere del mamífero que dispersa semillas.
Consulte también el texto Sculpture vivante Indigène/Allogène. CLICK AQUI
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Todo el proceso de la escultura viva comenzó en 2010, y ha comprendido desde el cuidado del vivero, hasta su proyección, construcción, siembra y crecimiento en el campus de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.Está ubicada en la calle 23 # 4-26.
detallesDurante los años previos a la construcción-siembra de la escultura, desarrollé una serie de prácticas artísticas: elaboré un gran mapa de especulación de crecimiento a escala real de un fragmento de la escultura, en donde imaginé, en 2010, cómo se verían las líneas sinuosas de las enredaderas invadiendo la trama ortogonal de la escultura.
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